¡Feliz día de los muertos!
Virginia Sánchez Jauregui, nacida y radicada en la Ciudad de Miguel Alemán, en el estado de Tamaulipas, pedagoga de profesión y escritora por pasión. Nos comparte una calaverita para aportar en nuestras tradiciones un poco de la cultura de México en el mes en el que nos unimos la mayoría de los habitantes de la tierra para recordar en vida, la muerte.
¿Acaso existirá algún otro país que festeje a los difuntos?
¡Viva México señores y todas sus tradiciones!
Pero ésta, año tras año se vuelve más significativa, y ¡vaya que algunas tradiciones ya se están perdiendo! se van por ahí, por la calle del olvido...
…Mas nuestros muertos son inolvidables.
Así que hoy en la noche todos vamos a esperar, a rezar, a pedir, a gritar o a llorar, porque nuestros seres queridos bajen un ratito a estar de nuevo con nosotros y en un descuido ellos nos digan dónde están los que no encontramos.
¡Ah! que la extrañada, poco a poco se va haciendo la lista más larga, más personas se nos adelantan y, cada vez nuestras oraciones son más sentidas.
Esperando en Dios que en paz descansen y que nada perturbe su sueño eterno… solo hoy, que despierten y que bajen para verlos, para platicar y llorar, para agradecer y para pedir perdón, para recordar los días felices y más los días difíciles, para sentarnos a su lado y decirles cuanto los extrañamos, la falta que nos hacen y lo pesado que se nos va hacendó la vida con cada perdida, aunque creo que ellos ya lo saben...
Esta noche es de nostalgias, de sentimientos encontrados, los nervios nos traicionan y la vida sigue, así que al son de:
-aunque la vida me cueste llorona, no dejare de quererte; de recuérdame,
-hoy me tengo que marchar, recuérdame;
de si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí;
de a dónde van los muertos ¿quién sabe a dónde irán?…
¡Que salga el mariachi y a cantar señores!
Para que cuando lleguen, sepan lo felices que estamos de verlos otra vez….
¡FELIZ DIA DE MUERTOS!
DÍA DE MUERTOS - HISTORIA
Entre los meses de octubre y noviembre surgen dos tradiciones que van más allá de algo festivo, a finales de octubre, específicamente el famoso Halloween y en también reconocido mundialmente por la algarabía que representa, no solo tradiciones, sino que es un día que lejos de dar miedo, permite la fiesta y color en las festividades que buscan recordar a los difuntos con alegría y no con dolor.
El día de muertos mexicano es una tradición prehispánica, originada por los pueblos antiguos que antes habitaban esa región. Sus festejos principales son el 1º y 2 de noviembre. Sin embargo, los preparativos llevan días, semanas o meses de anticipación, en la que los colores, el encanto y lo complejo captan la atención mundial. Considerado un patrimonio Inmaterial de la humanidad por la UNESCO, te invitamos a adentrarte a sus orígenes de esta entrañable fiesta del día de muertos.
Al nacer esta la certeza de que vamos a morir, nadie escapa a este hecho, más jóvenes, más viejos, pero se enfrenta tarde o temprano. Los pueblos indígenas supieron equilibrar este hecho de suele provocar dolor al desprenderse de un ser querido con regocijo, de estos antepasados como diría Mario Benedetti: “la muerte es solo un síntoma de que hubo vida”.
Muchas etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte. Entre estas podemos contar con la Mexica, cuyos dioses se encargaban de definir el destino de las almas.
Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli eran los señores del Mictlán “el lugar de los muertos”. Para poder llegar ahí, las almas de los difuntos debían lidiar con una serie de obstáculos para poder alcanzar el descanso eterno.
De acuerdo con el Códice Florentino, el Mictlán estaba dividido de acuerdo con la manera de morir. Por ejemplo, a la Tonatiuh Ichan –casa del sol– entraban aquellos guerreros que habían muerto en el campo de batalla. Otro sitio era el Cincalco, casa del dios Tonacatecutli. A este iban quienes murieron siendo infantes pues al ser tan jóvenes se les consideraba inocentes.
Para que las almas iniciaran su camino, los vivos se encargaban de acompañarlos en el trayecto por medio de un ritual, que iniciaba con la muerte de un ser querido. Su partida se anunciaba con gritos y llantos emitidos por las mujeres ancianas, después de preparaba al difunto, el cuerpo o el bulto como se le denominaba anteriormente, se le alimentaba y recordaba su comida predilecta, sus canciones, juegos o artefactos personales en altares donde el cuerpo o bulto estaba presente, se le velaba por unos días, al terminar se le llevaba a cremar o a enterrar.
A partir de ese momento, el alma comenzaba su camino al inframundo a Mictlán por lo que cada año a partir de ese momento, se le iba a visitar, a estar presentes y ayudarlo a continuar al descanso eterno.
Al momento de la conquista, con la llegada de los españoles, este ritual sufre el choque de las culturas y se une la celebración de los dioses del inframundo con la celebración de los difuntos, se reinventa en el proceso hasta ser lo que hoy conocemos.
Cabe recalcar que, algunos de los elementos destacan en este día son las ofrendas y calaveritas tanto escritas como alusivas con arte.
El día de muertos con sus ofrendas alusivas, con alteres representativos, colores, sabores, olores, sonidos que van más allá de un momento y que quedan gravados e identificados por todos los que tienen contacto con esta tradición que toca vidas más allá de ésta. Con el atole, tamales, platillos típicos, fotografías de los difuntos, calaveritas con sus velitas encendidas, el mole, inciensos, veladoras, bebidas, platillos y pan de muerto. Sin poder faltar las flores de cempasúchil, esas de color anaranjado, también conocidas como flores de los muertos adornan los altares, las tumbas en las festividades.
En casa o en los lugares santos donde los cementerios se vuelven sitios de reunión para comer, cantar, y pasar una noche alegres de festejar la muerte con vida alegre de los familiares, donde los muertos traen vida y alegría en este momento.
Elementos para el altar de día de muertos
Ya para concluir queremos compartir las calaveritas literarias que más que una tradición, son una expresión artística que hace competencias de estos versos que más de alguno ya ha escrito.
Comenzaron a escribirse en el siglo XIX y se popularizaron rápidamente en el siglo XX. Son elaboradas con el fin de hablar de la muerte y de los difuntos en el buen sentido de humor. Inicialmente eran elaboradas por los familiares de los fallecidos, ahora son utilizadas para vivos, muertos, con temáticas sociales, culturales, políticas e históricas, con algo de comicidad que alegre o no de pie a la tristeza.
Por ejemplo, el célebre artista mexicano, José Guadalupe Posada escribió una calavera sobre Madero presidente de México de 1911-1913 :
Detén un poco tu trote,
Porque con ese galope,
Te volviste narangero.
Ya no corras… detente
Acorta ya tu carrera,
Que te gritará la gente:
¡A, que horrible calavera!
Madero, en esta ocasión
Es mucho lo que has corrido
Perdiste ya la razón,
Y en la muerte te has convertido.
Ahora tu filiación
La tiene el nuevo partido:
Tu calavera te han metido,
Al horno de cremación.
Mictlantecuhtli, dios del inframundo - Ofrenda por el día de los muertos

